La pasión no solo es constitutiva del ser humano
sino principio de toda comunidad y sociedad,
la misma se relaciona con la creatividad y la
acción. Es decir, la pasión se pone en juego en
la acción. En todo acto creativo el sujeto se funda
y, a la vez, se enajena en la pasión permitiendo
que las pasiones alegres triunfen sobre las pasiones
tristes, el amor sobre el odio, el sentimiento de lo
maravilloso sobre el sentimiento de lo siniestro". Enrique Carpintero
El mejor ejemplo de pasión lo dan los enamorados. ¿Cómo?
Cuando ven a su pareja “le brillan los ojos” y sienten que “la vida les sonríe”.
Dedican mucho tiempo a acicalarse y a arreglarse para verse bien ante su objeto de amor. Tratan a su pareja siempre con amabilidad, destacan sus fortalezas y la llenan de elogios, minimizando sus defectos.
Piensan a menudo en cómo sorprender al otro, en qué le gusta, e intentan agasajarlo. Escuchan con atención lo que el otro les cuenta, comparten sus alegrías y hacen lo posible por calmar sus ansiedades o sus tristezas.
Se preocupan porque el otro crezca profesional y espiritualmente y lo apoyan en sus proyectos e ilusiones.
¿Cuántas de estas actitudes tenemos para con nuestros alumnos o para con nuestra tarea docente?
¿Con qué frecuencias las ejercitamos?
¿Buscamos formas de alimentar el entusiasmo con el que comenzamos a ejercer?
¿Cómo está nuestra pasión por educar?
Lic. Natalia Gil
Dir. de Excellere Consultora Educativa - http://excellereconsultoraeducativa.ning.com
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